24-11-2011
Homosexualidad, maldad y muerte en la cultura japonesa
El reciente estreno de The Legend of Zelda: Skyward Sword nos trae, a pesar de su novedad, un clásico de la cultura popular japonesa: el típico “villano” en el que la pluma o las insinuaciones sobre su condición sexual sirven para convertirlo en un personaje perverso y desagradable a los ojos del espectador.
Grahim es el “malo malísimo” de turno; un Señor demonio encantado con su aspecto (a medio camino entre un personaje de El quinto elemento (o dos) y un acróbata del Circo del Sol) que planea destruir todo cuanto es bueno y puro. Es tal su respeto al canon nipón de la maldad, que es fácil encontrar las coincidencias con otros antagonistas en mangas, animes y los videojuegos de factura japonesa:
En su diseño predomina el blanco y el morado (colores asociados tradicionalmente al luto en el país del sol naciente); son vanidosos, crueles y de aspecto andrógino. Las referencias sobre su sexualidad son oscuras…, cuando no evidencian claramente su homosexualidad o tienen avances subidos de tono hacia alguno de los protagonistas. Tal es el caso de Kuja (Final Fantasy IX), Freezer (Dragon Ball Z) y hasta Rem (Death Note), aunque podemos salvar a esta última –diosa de la muerte, nada más y nada menos– gracias al sacrificio que hace por amor a la “heroína” de la historia.
Se podría argumentar que en Japón la homosexualidad está tan relegada al ámbito privado, que sigue siendo vista como una curiosidad (una “desviación a la norma”) por parte de la mayoría de la población, y así se explicaría la persistencia de este arquetipo en su cultura popular. Sin embargo, hablamos del mismo país que ha retratado relaciones LGTB con valentía y acierto en videojuegos, series de TV y demás obras de ficción.
Lo verdaderamente curioso es que Grahim no empaña la calidad de The Legend of Zelda: Skyward Sword. Cierto es que no implica un avance en la normalización y la visibilidad del colectivo, pero estamos ante un personaje interesante y divertido como pocos. Nada más podemos decir sobre él sin revelar detalles clave de este juego excelente y plagado de guiños (a entregas anteriores, e incluso a otros personajes LGTB…), excepto que se convertirá por méritos propios en una compra navideña obligada para los muchos hogares donde hay una Wii de Nintendo. Si sólo el mensaje que transmitiera hubiera evolucionado tanto como su calidad gráfica y su jugabilidad…, ¡entonces sería perfecto!
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Fuente: dosmanzanas.com
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Grahim es el “malo malísimo” de turno; un Señor demonio encantado con su aspecto (a medio camino entre un personaje de El quinto elemento (o dos) y un acróbata del Circo del Sol) que planea destruir todo cuanto es bueno y puro. Es tal su respeto al canon nipón de la maldad, que es fácil encontrar las coincidencias con otros antagonistas en mangas, animes y los videojuegos de factura japonesa:
En su diseño predomina el blanco y el morado (colores asociados tradicionalmente al luto en el país del sol naciente); son vanidosos, crueles y de aspecto andrógino. Las referencias sobre su sexualidad son oscuras…, cuando no evidencian claramente su homosexualidad o tienen avances subidos de tono hacia alguno de los protagonistas. Tal es el caso de Kuja (Final Fantasy IX), Freezer (Dragon Ball Z) y hasta Rem (Death Note), aunque podemos salvar a esta última –diosa de la muerte, nada más y nada menos– gracias al sacrificio que hace por amor a la “heroína” de la historia.
Se podría argumentar que en Japón la homosexualidad está tan relegada al ámbito privado, que sigue siendo vista como una curiosidad (una “desviación a la norma”) por parte de la mayoría de la población, y así se explicaría la persistencia de este arquetipo en su cultura popular. Sin embargo, hablamos del mismo país que ha retratado relaciones LGTB con valentía y acierto en videojuegos, series de TV y demás obras de ficción.
Lo verdaderamente curioso es que Grahim no empaña la calidad de The Legend of Zelda: Skyward Sword. Cierto es que no implica un avance en la normalización y la visibilidad del colectivo, pero estamos ante un personaje interesante y divertido como pocos. Nada más podemos decir sobre él sin revelar detalles clave de este juego excelente y plagado de guiños (a entregas anteriores, e incluso a otros personajes LGTB…), excepto que se convertirá por méritos propios en una compra navideña obligada para los muchos hogares donde hay una Wii de Nintendo. Si sólo el mensaje que transmitiera hubiera evolucionado tanto como su calidad gráfica y su jugabilidad…, ¡entonces sería perfecto!
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Fuente: dosmanzanas.com