28-07-2011
Japón inquieta a MotoGP
Más de cuatro meses después del terremoto y el tsunami que asolaron la costa oeste de Japón y la central nuclear de Fukushima el 11 de marzo, el mundo del motor sigue mirando hacia ese país con cierta intranquilidad. La gigantesca ola provocó uno de los accidentes nucleares más graves de la historia y, aunque haya pasado un tiempo y las autoridades minimicen el riesgo a cierta distancia de la central, la situación inquieta a las dos máximas competiciones del automovilismo y del motociclismo —Fórmula 1 y MotoGP—, que deben viajar a Japón el próximo mes de octubre para celebrar sendos grandes premios en apenas diez días.
Los 488 kilómetros que separan a la central del circuito de Suzuka, que acogerá la Fórmula 1, hace que el ‘gran circo’ lleve con algo más de tranquilidad el asunto; todo lo contrario que MotoGP, pues Motegi dista unos 112 kilómetros en línea recta de la nuclear devastada. El terremoto de grado 9 en la escala Richter, el mayor nunca registrado en Japón, provocó incluso daños en el circuito que obligaron por segundo año consecutivo al cambio de fecha de la carrera, programada para el 24 de abril, para dar tiempo a reparar los desperfectos. Curiosamente, en 2010 ya se aplazó por otro fenómeno natural, en este caso debido a la nube de ceniza que provocó la erupción del volcán islandés Eyjafjalla y que colapsó el espacio aéreo europeo impidiendo de esta forma el traslado de los equipos y del material.
Plante anunciado
Hace dos semanas, quince pilotos de de MotoGP, los que más fuerza tienen en la parrilla —entre ellos Jorge Lorenzo y Casey Stoner— acordaron ante la Comisión de Seguridad un plante. Sólo el japonés Hiroshi Aoyama se mostró partidario de acudir a su gran premio; y Karel Abraham no estuvo en la reunión. El resto alegaron que ir pondría en peligro su salud y hasta la de su descendencia, según llegó a manifestar el actual campeón del mundo. Otros, como Simoncelli, propusieron destinar a los damnificados por el sismo lo que se ahorren los equipos al no viajar.
Dorna, organizadora del Mundial, encargó un informe a la agencia independiente ARPA para verificar que las condiciones son seguras. Los resultados preliminares tras el estudio minucioso en 104 puntos del circuito japonés se conocieron este lunes, y en ellos se aseguraba que los niveles de radiación durante una semana en Motegi eran «insignificantes» para afectar a la salud de un adulto. Dorna emitirá esta misma semana un comunicado oficial tras conocer el informe completo, pero ya el lunes informó que el Gran Premio se disputará con normalidad.
La noticia ha pillado a todos los pilotos de vacaciones. Los de 125 cc y Moto2 llevan una semana más de descanso tras el GP de Alemania celebrado en el circuito de Sachsenring, mientras que los de MotoGP iniciaron el paréntesis veraniego este lunes tras el GP de Estados Unidos en Laguna Seca. Será en la próxima carrera, en Brno, en la República Checa, cuando los pilotos vuelvan a reunirse ya con el informe completo sobre la mesa y valoren de nuevo las consecuencias de continuar con el plante, a mes y medio del GP de Japón.
Los principales afectados con este motín serían los fabricantes, buena parte de ellos japoneses, y en especial Honda, que es la propietaria de Motegi, ya que los pilotos incumplirían con ello sus contratos. Pero también los patrocinadores y los aficionados. En lo deportivo, el Mundial se vería adulterado sin unanimidad en la parrilla, ya que podría darse el caso de ver a Aoyama corriendo junto a una serie de pilotos desconocidos puestos ahí por los fabricantes.
Mientras tanto, algunos equipos tienen muy claro que si van es con un cargamento suficiente de comida y bebida de sus países de origen. Mejor curarse en salud.
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Fuente: superdeporte.es
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Los 488 kilómetros que separan a la central del circuito de Suzuka, que acogerá la Fórmula 1, hace que el ‘gran circo’ lleve con algo más de tranquilidad el asunto; todo lo contrario que MotoGP, pues Motegi dista unos 112 kilómetros en línea recta de la nuclear devastada. El terremoto de grado 9 en la escala Richter, el mayor nunca registrado en Japón, provocó incluso daños en el circuito que obligaron por segundo año consecutivo al cambio de fecha de la carrera, programada para el 24 de abril, para dar tiempo a reparar los desperfectos. Curiosamente, en 2010 ya se aplazó por otro fenómeno natural, en este caso debido a la nube de ceniza que provocó la erupción del volcán islandés Eyjafjalla y que colapsó el espacio aéreo europeo impidiendo de esta forma el traslado de los equipos y del material.
Plante anunciado
Hace dos semanas, quince pilotos de de MotoGP, los que más fuerza tienen en la parrilla —entre ellos Jorge Lorenzo y Casey Stoner— acordaron ante la Comisión de Seguridad un plante. Sólo el japonés Hiroshi Aoyama se mostró partidario de acudir a su gran premio; y Karel Abraham no estuvo en la reunión. El resto alegaron que ir pondría en peligro su salud y hasta la de su descendencia, según llegó a manifestar el actual campeón del mundo. Otros, como Simoncelli, propusieron destinar a los damnificados por el sismo lo que se ahorren los equipos al no viajar.
Dorna, organizadora del Mundial, encargó un informe a la agencia independiente ARPA para verificar que las condiciones son seguras. Los resultados preliminares tras el estudio minucioso en 104 puntos del circuito japonés se conocieron este lunes, y en ellos se aseguraba que los niveles de radiación durante una semana en Motegi eran «insignificantes» para afectar a la salud de un adulto. Dorna emitirá esta misma semana un comunicado oficial tras conocer el informe completo, pero ya el lunes informó que el Gran Premio se disputará con normalidad.
La noticia ha pillado a todos los pilotos de vacaciones. Los de 125 cc y Moto2 llevan una semana más de descanso tras el GP de Alemania celebrado en el circuito de Sachsenring, mientras que los de MotoGP iniciaron el paréntesis veraniego este lunes tras el GP de Estados Unidos en Laguna Seca. Será en la próxima carrera, en Brno, en la República Checa, cuando los pilotos vuelvan a reunirse ya con el informe completo sobre la mesa y valoren de nuevo las consecuencias de continuar con el plante, a mes y medio del GP de Japón.
Los principales afectados con este motín serían los fabricantes, buena parte de ellos japoneses, y en especial Honda, que es la propietaria de Motegi, ya que los pilotos incumplirían con ello sus contratos. Pero también los patrocinadores y los aficionados. En lo deportivo, el Mundial se vería adulterado sin unanimidad en la parrilla, ya que podría darse el caso de ver a Aoyama corriendo junto a una serie de pilotos desconocidos puestos ahí por los fabricantes.
Mientras tanto, algunos equipos tienen muy claro que si van es con un cargamento suficiente de comida y bebida de sus países de origen. Mejor curarse en salud.
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Fuente: superdeporte.es