28-03-2005
Japón rinde tributo a la ancianidad
Aún a los 103 años de edad, a Kura Ikeba la preocupa qué ropa se pondrá cuando sale, y le encanta un buen bisté untado con ajo. Su única queja es haberse tenido que retirar de su trabajo de costurera, cuatro años atrás, cuando tenía 99.
''Todavía sueño que coso kimonos, pero ya no puedo'', declaró recientemente la activa centenaria, vestida con un elegante traje sastre, en su casa de Tokio que comparte con su hija de 78 años.
Ikeba nació en 1901, pero su rostro es el del Japón futuro. El país se enorgullece de poseer, tanto la mayor expectativa de vida del mundo (81.9 años), como 23,000 personas de 100 años o más.
Estados Unidos se halla todavía a la cabeza. Con alrededor del doble de la población japonesa, contaba con 50,454 centenarios en el 2000, de acuerdo con la Oficina del Censo, que estimaba que dicho número aumentaría a 71,000 para el año actual.
Pero lo sorprendente en el caso del Japón es que su población centenaria se ha duplicado en sólo cinco años, y alcanzará casi un millón (la mayor del mundo) hacia el 2050, de acuerdo con las proyecciones de la ONU.
Aquellos que ahora entran en su segundo siglo con sus facultades intactas pueden esperar otro premio: convertirse en celebridades.
Comenzando con una carta del primer ministro y una copa de plata en el Día de Homenaje al Anciano en septiembre, personas de avanzada edad aún activas aparecen cada vez con mayor frecuencia en programas televisivos de entrevistas y artículos de revistas.
Keizo Miura, por ejemplo, apareció en los titulares de los periódicos en el 2003 tras bajar en esquíes el famoso Vallee Blanche del Mont Blanc. El tiene ahora 101 años y sigue esquiando. Su hijo Yuichiro, a los 70, se convirtió en la persona de mayor edad que ha escalado el monte Everest.
Para reflejar su creciente presencia en la sociedad, la emisora pública NHK transmite desde el 2002 un programa semanal que presenta centenarios comunes activos de todo el Japón.
''Existen muchos programas sobre la sociedad anciana en cuanto a la asistencia médica y problemas financieros'', afirmó el productor Fumito Kondo. ``Pero creemos que debería existir al menos un programa que ilustre el aspecto positivo de la sociedad anciana''.
Los centenarios del Japón han hecho del país un laboratorio viviente para el estudio de por qué un pequeño porcentaje de la población sobrepasa el siglo (y por qué un porcentaje aún menor conserva la salud).
''Lo que nos sorprende es que, en sólo cinco o seis años, el número de centenarios activos ha aumentado enormemente'', declaró Nobuyoshi Hirose, un profesor asistente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Keio, quien se encuentra trabajando con el Instituto Metropolitano de Gerontología de Tokio.
''Antiguamente existían muchos que estaban postrados en cama o hablaban con incoherencia'', dijo. ``Pero ahora vemos más personas que se valen por sí mismas y que tocan el piano''.
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Fuente: CHISAKI WATANABE / AP
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''Todavía sueño que coso kimonos, pero ya no puedo'', declaró recientemente la activa centenaria, vestida con un elegante traje sastre, en su casa de Tokio que comparte con su hija de 78 años.
Ikeba nació en 1901, pero su rostro es el del Japón futuro. El país se enorgullece de poseer, tanto la mayor expectativa de vida del mundo (81.9 años), como 23,000 personas de 100 años o más.
Estados Unidos se halla todavía a la cabeza. Con alrededor del doble de la población japonesa, contaba con 50,454 centenarios en el 2000, de acuerdo con la Oficina del Censo, que estimaba que dicho número aumentaría a 71,000 para el año actual.
Pero lo sorprendente en el caso del Japón es que su población centenaria se ha duplicado en sólo cinco años, y alcanzará casi un millón (la mayor del mundo) hacia el 2050, de acuerdo con las proyecciones de la ONU.
Aquellos que ahora entran en su segundo siglo con sus facultades intactas pueden esperar otro premio: convertirse en celebridades.
Comenzando con una carta del primer ministro y una copa de plata en el Día de Homenaje al Anciano en septiembre, personas de avanzada edad aún activas aparecen cada vez con mayor frecuencia en programas televisivos de entrevistas y artículos de revistas.
Keizo Miura, por ejemplo, apareció en los titulares de los periódicos en el 2003 tras bajar en esquíes el famoso Vallee Blanche del Mont Blanc. El tiene ahora 101 años y sigue esquiando. Su hijo Yuichiro, a los 70, se convirtió en la persona de mayor edad que ha escalado el monte Everest.
Para reflejar su creciente presencia en la sociedad, la emisora pública NHK transmite desde el 2002 un programa semanal que presenta centenarios comunes activos de todo el Japón.
''Existen muchos programas sobre la sociedad anciana en cuanto a la asistencia médica y problemas financieros'', afirmó el productor Fumito Kondo. ``Pero creemos que debería existir al menos un programa que ilustre el aspecto positivo de la sociedad anciana''.
Los centenarios del Japón han hecho del país un laboratorio viviente para el estudio de por qué un pequeño porcentaje de la población sobrepasa el siglo (y por qué un porcentaje aún menor conserva la salud).
''Lo que nos sorprende es que, en sólo cinco o seis años, el número de centenarios activos ha aumentado enormemente'', declaró Nobuyoshi Hirose, un profesor asistente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Keio, quien se encuentra trabajando con el Instituto Metropolitano de Gerontología de Tokio.
''Antiguamente existían muchos que estaban postrados en cama o hablaban con incoherencia'', dijo. ``Pero ahora vemos más personas que se valen por sí mismas y que tocan el piano''.
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Fuente: CHISAKI WATANABE / AP