21-07-2004
Netsukes
Unas pequeñas figuras japonesas de cinco centímetros se han convertido en singulares objetos de decoración. Son los netsukes, en otro tiempo toscos botones para kimonos y ahora lujosas piezas de colección realizadas en marfil, cerámica, hueso, oro, plata...
Pocas veces un simple adorno para la vestimenta diaria ha podido expresar tanto de un pueblo, una época y una tradición. Se trata de los netsukes, unas singulares y pequeñas piezas diseñadas en Japón allá por el siglo XVII.
Su utilidad: servir como botones de los tradicionales kimonos o como topes en los cordones y correajes de las bolsas que los hombres se colgaban en la faja de esa indumentaria, que carecía de bolsillos.
Aunque en su origen fueron toscos trozos de madera con dos orificios en la parte trasera para pasar los cordones, pocoa poco la trama de sus tallas se tornó más delicada. Materiales más valiosos -marfil, piedras, cerámica o metales- y técnicas de tallado y artesanía más detallistas y esmeradas desembocaron en unas piezas de singular belleza y gran minuciosidad.
Con el devenir del tiempo, los artesanos de estas pequeñas figuras de apenas cinco centímetros fueron ampliando su temática. Así, representaban personajes de la vida diaria, oficios, dioses de la mitología oriental, seres fantásticos, retratos eróticos, animales, alimentos, máscaras... Todo servía a la delicada representación de estas figuras que, sin hablar, siglos después, transmiten visualmente y con gran realismo pequeñas costumbres de la vida y el trabajo, de la historia y de la cultura de Oriente.
Buscados objetos de colección
Así, siglos después, la popularidad que adquieren entre los compradores de objetos orientales y el menor uso de los kimonos, que se relegan a contadas y especiales celebraciones, convierten a estos netsukes, ya en el siglo XIX, en preciados y buscados objetos de colección.
En la actualidad, el mercado de subastas mueve numerosas piezas a precios muy asequibles.
En el amplio mercado del coleccionismo americano y europeo podemos encontrar netsukes del siglo XIX por más de 140.000 euros, España se va introduciendo tímidamente en su demanda y los precios, por consiguiente, son menores.
Pocas veces un simple adorno para la vestimenta diaria ha podido expresar tanto de un pueblo, una época y una tradición. Se trata de los netsukes, unas singulares y pequeñas piezas diseñadas en Japón allá por el siglo XVII.
Su utilidad: servir como botones de los tradicionales kimonos o como topes en los cordones y correajes de las bolsas que los hombres se colgaban en la faja de esa indumentaria, que carecía de bolsillos.
Aunque en su origen fueron toscos trozos de madera con dos orificios en la parte trasera para pasar los cordones, pocoa poco la trama de sus tallas se tornó más delicada. Materiales más valiosos -marfil, piedras, cerámica o metales- y técnicas de tallado y artesanía más detallistas y esmeradas desembocaron en unas piezas de singular belleza y gran minuciosidad.
Con el devenir del tiempo, los artesanos de estas pequeñas figuras de apenas cinco centímetros fueron ampliando su temática. Así, representaban personajes de la vida diaria, oficios, dioses de la mitología oriental, seres fantásticos, retratos eróticos, animales, alimentos, máscaras... Todo servía a la delicada representación de estas figuras que, sin hablar, siglos después, transmiten visualmente y con gran realismo pequeñas costumbres de la vida y el trabajo, de la historia y de la cultura de Oriente.
Buscados objetos de colección
Así, siglos después, la popularidad que adquieren entre los compradores de objetos orientales y el menor uso de los kimonos, que se relegan a contadas y especiales celebraciones, convierten a estos netsukes, ya en el siglo XIX, en preciados y buscados objetos de colección.
En la actualidad, el mercado de subastas mueve numerosas piezas a precios muy asequibles.
En el amplio mercado del coleccionismo americano y europeo podemos encontrar netsukes del siglo XIX por más de 140.000 euros, España se va introduciendo tímidamente en su demanda y los precios, por consiguiente, son menores.