16-07-2011
El gobierno japonés asegura haber estabilizado 3 reactores de Fukushima
La reconstrucción de la costa noreste devastada por el tsunami de marzo costará 107.199 millones de euros.
El Gobierno japonés y la compañía eléctrica Tepco han anunciado este sábado la estabilización de tres reactores en la siniestrada central nuclear de Fukushima, que viene sufriendo fugas radiactivas desde que fue golpeada por el tsunami del pasado 11 de marzo.
Según un comunicado conjunto, los técnicos han conseguido enfriar los reactores 1, 2 y 3, donde han inyectado nitrógeno en sus vasijas de contención para evitar explosiones de hidrógeno como las que destrozaron las torres de la central los días posteriores al tsunami. Además, han logrado estabilizar las piscinas donde se almacena el combustible usado y los niveles de radiactividad han descendido en el agua y el aire alrededor de la accidentada planta atómica. De esta manera, esperan llevarlos hasta una “parada fría” a finales de este año o principios del próximo.
El diario «Asahi» publica este sábado que la reconstrucción de la costa noreste devastada por el tsunami durará unos cinco años y costará entre 10 y 12 billones de yenes (entre 89.333 y 107.199 millones de euros). Así lo estima el borrador del plan de recuperación que ha preparado el Ejecutivo nipón, que no habla específicamente de subir los impuestos para financiar la reconstrucción y aplaza el debate para después del verano.
Dicho proyecto también prevé potenciar la energía solar y la eólica, sobre todo en la zona del desastre, para reducir la dependencia de Japón de sus centrales nucleares, que ahora aportan un tercio de su electricidad. Para que no vuelvan a ocurrir catástrofes como la de Fukushima – el peor accidente atómico desde Chernóbil en 1986 –, la Agencia para la Seguridad Nuclear e Industrial ha inspeccionado los 54 reactores nucleares existentes en el archipiélago nipón, de los cuales sólo 19 están actualmente operativos.
Tras destinar en mayo un primer presupuesto extraordinario de 4 billones de yenes (34.064 millones de euros) para realojar a los damnificados y reparar infraestructuras, el Gobierno aprobó este mes una segunda partida por la mitad de ese importe. De esos 2 billones de yenes (17.038 millones de euros), 800.000 millones de yenes (6.815 millones de euros) irán a parar a la reconstrucción de viviendas y 275.000 millones de yenes (2.343 millones de euros) a solventar la crisis nuclear de Fukushima, incluyendo indemnizaciones y chequeos médicos para los 80.000 evacuados que vivían en un radio de 20 kilómetros alrededor de la siniestrada planta atómica.
Con unos daños estimados en 230.000 millones de euros, sobre todo en la industria e infraestructuras eléctricas, el tsunami de marzo no es sólo el desastre natural más caro de la historia, sino que restará un 4 por ciento al PIB y amenaza con frustrar la recuperación económica de Japón durante los cinco años que dure su reconstrucción. A todo ello hay que sumar las fugas en la central de Fukushima, que seguirán liberando partículas radiactivas e hipotecando la salud y el futuro de los japoneses.
Por primera vez desde el inicio de la crisis, en once vacas de una ganadería en la ciudad de Minamisoma, a 20 kilómetros de la planta atómica, se encontraron la semana pasada restos de cesio radiactivo que en algunos casos superaban seis veces los límites legales. Según los análisis, su carne de ternera tenía entre 1.530 y 3.200 becquerelios por kilo, por encima del tope de 500 becquerelios permitido.
La radiactividad también ha aumentado en la franja costera cercana a la central de Fukushima, condenando a los pescadores de las prefecturas limítrofes, muchos de cuyos barcos fueron arrasados por el tsunami. La maldición de Japón es que lo que no destruyeron las olas gigantes lo está contaminando la radiación.
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Fuente: abc.es
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El Gobierno japonés y la compañía eléctrica Tepco han anunciado este sábado la estabilización de tres reactores en la siniestrada central nuclear de Fukushima, que viene sufriendo fugas radiactivas desde que fue golpeada por el tsunami del pasado 11 de marzo.
Según un comunicado conjunto, los técnicos han conseguido enfriar los reactores 1, 2 y 3, donde han inyectado nitrógeno en sus vasijas de contención para evitar explosiones de hidrógeno como las que destrozaron las torres de la central los días posteriores al tsunami. Además, han logrado estabilizar las piscinas donde se almacena el combustible usado y los niveles de radiactividad han descendido en el agua y el aire alrededor de la accidentada planta atómica. De esta manera, esperan llevarlos hasta una “parada fría” a finales de este año o principios del próximo.
El diario «Asahi» publica este sábado que la reconstrucción de la costa noreste devastada por el tsunami durará unos cinco años y costará entre 10 y 12 billones de yenes (entre 89.333 y 107.199 millones de euros). Así lo estima el borrador del plan de recuperación que ha preparado el Ejecutivo nipón, que no habla específicamente de subir los impuestos para financiar la reconstrucción y aplaza el debate para después del verano.
Dicho proyecto también prevé potenciar la energía solar y la eólica, sobre todo en la zona del desastre, para reducir la dependencia de Japón de sus centrales nucleares, que ahora aportan un tercio de su electricidad. Para que no vuelvan a ocurrir catástrofes como la de Fukushima – el peor accidente atómico desde Chernóbil en 1986 –, la Agencia para la Seguridad Nuclear e Industrial ha inspeccionado los 54 reactores nucleares existentes en el archipiélago nipón, de los cuales sólo 19 están actualmente operativos.
Tras destinar en mayo un primer presupuesto extraordinario de 4 billones de yenes (34.064 millones de euros) para realojar a los damnificados y reparar infraestructuras, el Gobierno aprobó este mes una segunda partida por la mitad de ese importe. De esos 2 billones de yenes (17.038 millones de euros), 800.000 millones de yenes (6.815 millones de euros) irán a parar a la reconstrucción de viviendas y 275.000 millones de yenes (2.343 millones de euros) a solventar la crisis nuclear de Fukushima, incluyendo indemnizaciones y chequeos médicos para los 80.000 evacuados que vivían en un radio de 20 kilómetros alrededor de la siniestrada planta atómica.
Con unos daños estimados en 230.000 millones de euros, sobre todo en la industria e infraestructuras eléctricas, el tsunami de marzo no es sólo el desastre natural más caro de la historia, sino que restará un 4 por ciento al PIB y amenaza con frustrar la recuperación económica de Japón durante los cinco años que dure su reconstrucción. A todo ello hay que sumar las fugas en la central de Fukushima, que seguirán liberando partículas radiactivas e hipotecando la salud y el futuro de los japoneses.
Por primera vez desde el inicio de la crisis, en once vacas de una ganadería en la ciudad de Minamisoma, a 20 kilómetros de la planta atómica, se encontraron la semana pasada restos de cesio radiactivo que en algunos casos superaban seis veces los límites legales. Según los análisis, su carne de ternera tenía entre 1.530 y 3.200 becquerelios por kilo, por encima del tope de 500 becquerelios permitido.
La radiactividad también ha aumentado en la franja costera cercana a la central de Fukushima, condenando a los pescadores de las prefecturas limítrofes, muchos de cuyos barcos fueron arrasados por el tsunami. La maldición de Japón es que lo que no destruyeron las olas gigantes lo está contaminando la radiación.
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Fuente: abc.es