26-02-2004
Mi deber, antes de morir, era interpretar todos los "Cantos" de Scelsi"
Michiko Hirayama aborda, en estreno mundial, la integral de los 'Cantos de Capricornio'.
Música de Hoy ofrece mañana en estreno mundial de los 20 cantos escritos por Scelsi, incluidos los números X y XI, que el propio compositor arrinconó tras su muerte en 1988.
Michiko Hirayama cumplirá mañana, en el Auditorio Nacional, uno de sus mayores deseos: estrenar la integral de los 'Cantos de Capricornio', de Giacinto Scelsi (1905-1988), que interpretará acompañada por el Ensemble Guerrero. 'Pensé que era mi deber interpetarlos todos antes de morir', confiesa esta artista octogenaria, a la que le brillan los ojos cuando relata cómo descubrió la música de Giacinto Scelsi. De personalidad un tanto excéntrica, agravada por el abandono de su esposa, el compositor encontró un antídoto a su profunda depresión a través de la música y de la interpretación reiterativa de una sola nota. comparado con John Cage y precursor para otros de la obra de Gérard Grisey, Scielsi se adentró en la música buscando en ella una tercera dimensión. 'El sonido es esférico, pero, escuchándolo, nos parece que posea sólo dos dimensiones: altura y duración. La tercera, la profundidad, sabemos que existe, pero en un cierto sentido se nos escapa', escribió.
Michiko Hirayama relata su primer encuentro con Scelsi en 1959: 'Realicé un pequeño concierto de música japonesa, compuesto por microtonos, y, cuando acabó, vino a verme un señor que preguntó si estaba interesada en la microtonalidad porque él escribía mucha de esta música. Era Giacinto Scelsi'. Reconoce que la única referencia que tenía de él le situaba más como 'un diletante' que como un compositor. Aceptó la propuesta, más por compromiso que por verdadero interés, confiesa, pero a medida que la soprano japonesa se adentró en su obra, se dio cuenta de su magnitud. 'Era un hombre que necesitaba de la música para vivir'. El compositor le iba haciendo entrega de sus 'Cantos de Capricornio' de manera aparentemente desordenada. 'Me enseñaba aquellos de los que se sentía más orgulloso', explica. 'Al principio me parecía estúpida, pero luego me di cuenta de que era como una explosión de color'. Sin embargo, dos de ellos, el X y XI, no del todo del agrado de Scelsi, permanecieron en la sombra hasta su muerte en 1988, tras la cual la soprano decidió recuperarlos. Para Hirayama, estas monodías vocales transcienden los superficial y son capaces de transfigurar las grandes emociones.
Con fuertes influencias orientales -la soprano lleva colgado de su cuello un tai-gong-, su música retrata las características del signo de Capricornio, el poder de lo terrenal.
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Fuente: ABC
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Música de Hoy ofrece mañana en estreno mundial de los 20 cantos escritos por Scelsi, incluidos los números X y XI, que el propio compositor arrinconó tras su muerte en 1988.
Michiko Hirayama cumplirá mañana, en el Auditorio Nacional, uno de sus mayores deseos: estrenar la integral de los 'Cantos de Capricornio', de Giacinto Scelsi (1905-1988), que interpretará acompañada por el Ensemble Guerrero. 'Pensé que era mi deber interpetarlos todos antes de morir', confiesa esta artista octogenaria, a la que le brillan los ojos cuando relata cómo descubrió la música de Giacinto Scelsi. De personalidad un tanto excéntrica, agravada por el abandono de su esposa, el compositor encontró un antídoto a su profunda depresión a través de la música y de la interpretación reiterativa de una sola nota. comparado con John Cage y precursor para otros de la obra de Gérard Grisey, Scielsi se adentró en la música buscando en ella una tercera dimensión. 'El sonido es esférico, pero, escuchándolo, nos parece que posea sólo dos dimensiones: altura y duración. La tercera, la profundidad, sabemos que existe, pero en un cierto sentido se nos escapa', escribió.
Michiko Hirayama relata su primer encuentro con Scelsi en 1959: 'Realicé un pequeño concierto de música japonesa, compuesto por microtonos, y, cuando acabó, vino a verme un señor que preguntó si estaba interesada en la microtonalidad porque él escribía mucha de esta música. Era Giacinto Scelsi'. Reconoce que la única referencia que tenía de él le situaba más como 'un diletante' que como un compositor. Aceptó la propuesta, más por compromiso que por verdadero interés, confiesa, pero a medida que la soprano japonesa se adentró en su obra, se dio cuenta de su magnitud. 'Era un hombre que necesitaba de la música para vivir'. El compositor le iba haciendo entrega de sus 'Cantos de Capricornio' de manera aparentemente desordenada. 'Me enseñaba aquellos de los que se sentía más orgulloso', explica. 'Al principio me parecía estúpida, pero luego me di cuenta de que era como una explosión de color'. Sin embargo, dos de ellos, el X y XI, no del todo del agrado de Scelsi, permanecieron en la sombra hasta su muerte en 1988, tras la cual la soprano decidió recuperarlos. Para Hirayama, estas monodías vocales transcienden los superficial y son capaces de transfigurar las grandes emociones.
Con fuertes influencias orientales -la soprano lleva colgado de su cuello un tai-gong-, su música retrata las características del signo de Capricornio, el poder de lo terrenal.
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Fuente: ABC