NIPPON-TOUR
fanart escrito por Luisinho
Luisinho
07-06-2011
¡Sublime sacrificio!, Japón: Un ejemplo para el mundo
Si tan sólo inspiráramos a las nuevas generaciones a seguir sus sueños y anhelos, si tan sólo les abriéramos nuevos rumbos, si tan sólo honráramos nuestros oficios, si tan sólo respetáramos a los viejos…

Existen personas que siembran árboles a sabiendas de que jamás gozarán de su sombra; que forjan caminos para otros caminantes; que quitan piedras para que otros no tropiecen abruptamente; que encienden antorchas para que personas desconocidas tengan la senda iluminada; que anónimamente socorren a los débiles e indefensos sin esperar nada a cambio. Me pregunto ¿habrá mayor acto de generosidad y esperanza, de compromiso con las siguientes generaciones, de amor por la continuidad de la vida y de valor?

Japón: una noticia fuera de serie

Esto viene a colación porque un acontecimiento que hace pocos días apareció en los titulares noticiosos del mundo me estrujó el alma, me cuajó el corazón, me sumergió en las profundidades de la reflexión:

“Más de 160 ancianos japoneses se ofrecieron para formar un equipo de voluntarios que realizaría algunos de los trabajos más peligrosos en la dañada, por el terremoto del pasado 11 de marzo, planta nuclear de Fukushima”.

Estos hombres, de más de 72 años, están dispuestos a sufrir los daños de la altísima radiación que ahí peligrosamente emerge, quieren que sean ellos y no los jóvenes que trabajan actualmente en la planta nuclear, los que corran el riesgo de morir, de padecer el dolor e irreversibles consecuencias.

Saben que siendo viejos, sus vidas son aún valiosas, tal vez más que antes, comprenden que en el ocaso de la existencia el tiempo es aún más precioso, que todavía tienen espacio para disfrutar el fruto de lo sembrado, que poseen los ahorros y la salud que, durante años, cuidadosamente han forjado para llevar una vejez reposada, aderezada por las sonrisas y carcajadas de los nietos. Ellos viven de sus recuerdos, pero reconocen que su productividad, ciertamente diferente a esa de los años mozos, es aún fecunda.

Saben que la vejez no es decadencia, sino, más bien, iluminación y preámbulo de caminos inéditos, pero a pesar de todo esto —¿o quizás gracias a ello y a lo ya disfrutado?— proponen intercambiarse por los ya heroicos jóvenes.

Su misión no es suicida, ni representa resignación alguna; es signo, mejor dicho, de heroísmo, de suprema generosidad, de amor a su patria, de aprecio por la juventud; más cuando sabemos que la gente de esa nación se distingue por su longevidad.

Los viejos japoneses se saben útiles, no ignoran que son la sustancia del país, se aprecian como seres humanos que han alcanzado sus sueños y entienden que les toca a otros hacer lo propio, por eso son venerados.

Sakura zensen

Los japoneses, debido a sus religiones sintoísta y budista, poseen un concepto del tiempo muy distinto al nuestro. Para los mexicanos, enfocados a lo inmediato, a lo fugaz, al ya casi, todo acontecer se encierra en lo que abarca nuestra propia existencia; así, los años parecen una eternidad. Sin embrago, para los japoneses, un milenio es apenas un cacho, un fragmento del tiempo.

En Japón hay épocas del año, según la zona, en que el árbol característico de ese país, el cerezo (sakura), florece, regalando a campos y ciudades paisajes color rosa pálido que invitan al sosiego y la paz.

Este paisaje, el “sakura zensen” (camino del cerezo) es fugaz y espléndido, como la mismísima existencia. Dura escasos días, apenas 15 soles. El fugaz ciclo de la belleza del cerezo denota al mismo tiempo resplandor y esperanza, plenitud y sacrificio, fuerza, tenacidad y fragilidad, pasión y entrega, cualidades innegables del espíritu nipón.

Los viejos están al tanto de que no sólo la belleza es efímera, como las flores del cerezo, sino también la existencia. Saben que si se es incapaz de amparar la tierra y las generaciones de donde habrá de brotar la nueva vida, el paso por la existencia no tendría sentido. Y es ahí, en la espiritualidad que subraya que la existencia es esplendorosa y fugaz como el “sakura zensen” donde, creo, radica la fuerza, el vigor, la amplitud de miras y la generosidad de los japoneses en general y de estos ancianos en particular.

El fruto de la generosidad

Jorge Bucay cuenta un cuento en donde ilustra que hacer por otros, que honrar el futuro, es una manera de hacer que la vida continúe y que la recompensa, aún sin pretenderla, es recibida por caminos insospechados:

“En un oasis escondido entre los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba el viejo Eliahu de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras. Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis a abrevar sus camellos y vio a Eliahu transpirando, mientras parecía cavar en la arena.

-¿Qué tal, anciano? La paz sea contigo.

-Contigo —contestó Eliahu sin dejar su tarea.

-¿Qué haces aquí, con esta temperatura, y esa pala en las manos?

-Siembro —contestó el viejo.

-¿Qué siembras aquí, Eliahu?

-Dátiles —respondió Eliahu mientras señalaba a su alrededor el palmar.

-¡Dátiles! —repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez.

-Dime, amigo ¿cuántos años tienes?

-No sé... sesenta, setenta, ochenta, no sé... lo he olvidado... pero eso qué importa.

-Mira, amigo, estas plantas tardan más de 50 años en crecer y recién después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los 101 años, pero tú sabes que difícilmente puedas llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras.

-Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar esos dátiles. Yo siembro hoy para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto, y aunque sólo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.

-Me has dado una gran lección, Eliahu, déjame que te pague con una bolsa de monedas esta enseñanza que hoy me diste —y diciendo esto, Hakim le puso en la mano al viejo una bolsa de cuero.

-Te agradezco tus monedas, amigo. Ya ves, a veces pasa esto: tú me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara, parecía cierto y, sin embargo, mira, todavía no termino de sembrar y ya coseché una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.

-Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda gran lección que me das hoy y es quizás más significativa que la primera. Déjame pues que pague esta lección con otra bolsa de monedas.

-Y a veces pasa esto —siguió el anciano y extendió la mano mirando las dos bolsas de monedas—: sembré para no cosechar y antes de terminar de sembrar ya coseché no sólo una, sino dos veces.

-Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas tengo miedo de que no me alcance toda mi fortuna para pagarte”.

Si tan sólo…

Si tan sólo nosotros, los mexicanos, pensáramos en sembrar para el futuro, si tan sólo dejáramos la indiferencia a un lado, si tan sólo abriéramos el corazón para acoger a los más desafortunados, si tan sólo le diéramos una oportunidad a la mano abierta y extendida, si tan sólo nos abrazáramos en el propósito de la paz, si tan sólo sembráramos árboles a sabiendas de que su sombra será para el disfrute de los que vendrán…

Si tan sólo inspiráramos a las nuevas generaciones a seguir sus sueños y anhelos, si tan sólo les abriéramos nuevos rumbos, si tan sólo honráramos nuestros oficios, si tan sólo respetáramos a los viejos, si tan sólo entendiéramos nuestros “sakura zensen”, si tan sólo comprendiéramos que el bienestar de algunos será siempre efímero si no se cuida y respeta la tierra y las esperanzas de los más y de los que vendrán, si tan sólo eso sucediera, entonces México sería una noticia fuera de serie, tal como sucede, para el mundo entero, con el pueblo japonés.

Indudablemente, ante estos actos, el idioma japonés es un idioma universal.
Identifícate en NIPPON-TOUR

Área privada

AnónimoBTN_VALIDAR_CUENTA
Regístrate como usuario

Buscador

BlogRoll

NoEsTanDificil

Suscripciones

¿quieres recibir un aviso de actualizaciones?

Síguenos en...

ChatBox

Nick/Nombre:

¿, quieres BlaBla?:

Últimos comentarios

 zlugJcZax7Xu en Matrix Revolution llegará cargada de efectos especiales "made in japan": thanks for posting this, siu wah... this is vince, by the wa...
 ANA LAURA ALVAREZ en ?CUP NOODLE? (sopa de fideos instantánea): mi nombre es Ana Laura Alvarez de Cartago Copsta Rica, tengo...
 Arturo Alvarado Rossano en Yoko Watanabe, soprano: Yoko Watanabe. Mujer de una sensibilidad fabulosa en el bel ...
 ZEbEFNtGSRqpQnRFmKl en Y en el futuro...: Your article was ecxlelent and erudite.
 CMkBFKcoDhLarwELYF en GRAN JAPÓN: I guess what I could do or should do is to idtuonrce Finnair...
 WjGwWKuWwAVL en Las ciudades del futuro a debate en el Congreso Mundial de Arquitectura: funes / No se puede creer. Somos de cuarta.Esta bien, esto...
 Arturo en El heredero "andalú" del samurái: Virginio no hablaba ceceando exageradamente. Tenía acento a...
 Otaku-despistado en Japan Week 2012: Hola, me gustaria pegruntar algunas cosas:¿se sabe en...
 Blankaaa en Homosexualidad, maldad y muerte en la cultura japonesa: ¿Qué pinta Rem ahi? Rem no es homo sexual, ni tiene pluma....
 YfQRApnB en Alojamiento en Japón: It's a pleasure to find someone who can identify the iusess ...
 BzmqlZdYt en Harakiri o Seppuku: I love that we're getting piopisolhhcal on fat but, I can't ...
 Anónimo en Técnicas Manga (I): Sombreado: mira en los blogs ahí tienes un taller de dibujo... no actu...
 Anónimo en La antigua religión japonesa: mira en los blogs ahí tienes un taller de dibujo... no actu...
 freelander en Ninjutsu: me gudtaria iniciarme en el ninjutsu pero tengo 35 años y n...
 freelander en Watsu: me gudtaria iniciarme en el ninjutsu pero tengo 35 años y n...

Estadísticas