25-09-2011
Fukushima, los pasos indetenibles hacia una catástrofe
Los manejos mediáticos de vasto alcance tras el desastre en la central nuclear de Fukushima siguen sin poder ocultar una realidad cuyas consecuencias, según las más diversas fuentes científicas, pueden ser catastróficas.
Dominadores medios de difusión occidentales, incluidos diarios como el japonés Yomiuri o el estadounidense The New York Times, se han visto obligados a publicar alarmantes informaciones, pero siempre cuando los resultados sobre el terreno se les adelantaron.
Por ejemplo, Tomio Kawata, investigador del Ente Nacional para la Gestión de Desechos Nulcleares (NUMO), afirmó recientemente ante la Comisión Japonesa de Energía Atómica que 'la contaminación del suelo en torno a la mencionada central nuclear es similar a los niveles hallados tras la catástrofe de Chernobil, en Ucrania, en 1986.'
El experto añadió que 'un área de 600 kilómetros cuadrados, al noroeste de la planta, absorvió más de 1,48 millones de bequereles por metro cuadrado de Cesio radiactivo, casi 10 mil veces la permitida.'
Poco a poco, con reticencias en los grandes medios de comunicación occidentales, la amarga verdad sale a la luz como una dramática consecuencia del sismo de nueve grados y el posterior tsunami que arrasó una larga faja de la costa japonesa donde se ubica la instalación de Fukushima.
Consecuencias a mediano y largo plazos
La crisis provocada por los hechos está lejos de concluir. Ahora sale a la luz que más de la mitad de las 54 centrales atómicas japonesas se construyeron en zonas de alto riesgo sísmico, con la asesoría de entidades estadounidenses a través y, sobre todo, de la Tokyo Electric Power (Tepco).
Arnold Gundersen, ex vicepresidente de la industria nuclear en Estados Unidos, afirmó que 'Fukushima es la peor catástrofe de la historia de la humanidad'.
Licenciado en operación de reactores, con 39 años de experiencia en el diseño de plantas de ese tipo, el experto añadió que existen 20 núcleos expuestos en Fukushima... Aproximadamente un potencial 20 veces mayor que el de Chernobil.'
Para Gundersen, como para otros especialistas, el problemas actual en Fukushima es cómo enfriar esos núcleos y dónde se colocaría el agua -ya contaminada- que serviría para disminuir las altas temperaturas.
La radiación liberada, calculada de manera imprecisa una y otra vez, ha demostrado que en la primera semana, luego del accidente, se liberó 2,3 veces tanta radiación como la que pensaron había sucedido en los primeros 80 días, según coincidieron Gundersen y expertos de la Universidad de Princeton, Estados Unidos. Poca precisión al respecto tuvieron los informes oficiales de la compañía Tepco y del propio Gobierno del primer ministro Naoto Kan, quien renunció a su cargo en agosto ante las denuncias de ineficiencia en la gestión y toma de decisiones ante la crisis.
Algunos antecedentes
Para Shoji Sawada, físico teórico y profesor emérito de la Universidad japonesa de Nagoya, 'la mayoria de los reactores del país fueron diseñados por compañías que no les interesaba el efecto de terremotos como un producto de la polÃ�tica nuclear de Estados Unidos'.
Sawada, quien con 13 años vivió el ataque atómico a Hiroshima desde su casa a mil 400 metros del epicentro del estallido, explicó: 'El Consejo de Científicos de Japón recomendó al Gobierno que no utilizara todavía esa tecnología, pero el Gobierno aceptó el uso de uranio enriquecido para alimentar las centrales nucleares y, por lo tanto, se vio sometido a la polÃ�tica del gobierno de Estados Unidos'.
Los antecedentes de la ya vislumbrada catástrofe, afectan ahora no solamente al territorio del pueblo del llamado país del Sol Naciente, las aguas del Pacífico conducen agua contaminada con elementos radiactivos según comprobó recientemente la expedición científica Hespérides, auspiciada por España, Australia y otras naciones europeas.
Para los cientificos y no para los grandes medios de difusión, desastres como los de Three Mile Island, Estados Unidos, Chernobil y ahora Fukushima, permiten establecer con precisión el comienzo del drama, pero no cuando termina con sus terribles resultados para el ser humano y el medio ambiente.
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Fuente: http://www.prensa-latina.cu
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Dominadores medios de difusión occidentales, incluidos diarios como el japonés Yomiuri o el estadounidense The New York Times, se han visto obligados a publicar alarmantes informaciones, pero siempre cuando los resultados sobre el terreno se les adelantaron.
Por ejemplo, Tomio Kawata, investigador del Ente Nacional para la Gestión de Desechos Nulcleares (NUMO), afirmó recientemente ante la Comisión Japonesa de Energía Atómica que 'la contaminación del suelo en torno a la mencionada central nuclear es similar a los niveles hallados tras la catástrofe de Chernobil, en Ucrania, en 1986.'
El experto añadió que 'un área de 600 kilómetros cuadrados, al noroeste de la planta, absorvió más de 1,48 millones de bequereles por metro cuadrado de Cesio radiactivo, casi 10 mil veces la permitida.'
Poco a poco, con reticencias en los grandes medios de comunicación occidentales, la amarga verdad sale a la luz como una dramática consecuencia del sismo de nueve grados y el posterior tsunami que arrasó una larga faja de la costa japonesa donde se ubica la instalación de Fukushima.
Consecuencias a mediano y largo plazos
La crisis provocada por los hechos está lejos de concluir. Ahora sale a la luz que más de la mitad de las 54 centrales atómicas japonesas se construyeron en zonas de alto riesgo sísmico, con la asesoría de entidades estadounidenses a través y, sobre todo, de la Tokyo Electric Power (Tepco).
Arnold Gundersen, ex vicepresidente de la industria nuclear en Estados Unidos, afirmó que 'Fukushima es la peor catástrofe de la historia de la humanidad'.
Licenciado en operación de reactores, con 39 años de experiencia en el diseño de plantas de ese tipo, el experto añadió que existen 20 núcleos expuestos en Fukushima... Aproximadamente un potencial 20 veces mayor que el de Chernobil.'
Para Gundersen, como para otros especialistas, el problemas actual en Fukushima es cómo enfriar esos núcleos y dónde se colocaría el agua -ya contaminada- que serviría para disminuir las altas temperaturas.
La radiación liberada, calculada de manera imprecisa una y otra vez, ha demostrado que en la primera semana, luego del accidente, se liberó 2,3 veces tanta radiación como la que pensaron había sucedido en los primeros 80 días, según coincidieron Gundersen y expertos de la Universidad de Princeton, Estados Unidos. Poca precisión al respecto tuvieron los informes oficiales de la compañía Tepco y del propio Gobierno del primer ministro Naoto Kan, quien renunció a su cargo en agosto ante las denuncias de ineficiencia en la gestión y toma de decisiones ante la crisis.
Algunos antecedentes
Para Shoji Sawada, físico teórico y profesor emérito de la Universidad japonesa de Nagoya, 'la mayoria de los reactores del país fueron diseñados por compañías que no les interesaba el efecto de terremotos como un producto de la polÃ�tica nuclear de Estados Unidos'.
Sawada, quien con 13 años vivió el ataque atómico a Hiroshima desde su casa a mil 400 metros del epicentro del estallido, explicó: 'El Consejo de Científicos de Japón recomendó al Gobierno que no utilizara todavía esa tecnología, pero el Gobierno aceptó el uso de uranio enriquecido para alimentar las centrales nucleares y, por lo tanto, se vio sometido a la polÃ�tica del gobierno de Estados Unidos'.
Los antecedentes de la ya vislumbrada catástrofe, afectan ahora no solamente al territorio del pueblo del llamado país del Sol Naciente, las aguas del Pacífico conducen agua contaminada con elementos radiactivos según comprobó recientemente la expedición científica Hespérides, auspiciada por España, Australia y otras naciones europeas.
Para los cientificos y no para los grandes medios de difusión, desastres como los de Three Mile Island, Estados Unidos, Chernobil y ahora Fukushima, permiten establecer con precisión el comienzo del drama, pero no cuando termina con sus terribles resultados para el ser humano y el medio ambiente.
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Fuente: http://www.prensa-latina.cu
