23-02-2006
Sueño profundo
Tres relatos componen Sueño profundo, el último libro dela japonesa Banana Yoshimoto. Conocida internacionalmente tras la publicación de Kitchen(Tusquets, 1991), Yoshimoto explora en sus obras literarias la importancia del mundo onírico para sobrellevar los momentos de dificultad que atraviesa el hombre en su existencia.
'Sueño profundo', 'Los viajeros de la noche' y 'Una experiencia' son tres bellísimos relatos en los que sus personajes, jóvenes todos ellos, víven experiencias dolorosas. Su sensibilidad especial les permite entrar en comunicación con un cercano más allá. Terako, la protagonista de la primera historia, intenta comprender el suidicio de su amiga Shiori mientras vive una experiencia amorosa con un hombre casado. Sin horarios ni más compromisos en su vida cotidiana que las llamadas de teléfono de su amor, Terako descansa durante el día y recorre las calles como una autómata de noche y advierte cuando duerme que 'mi sueño es tan profundo que, en el instante de abrir los ojos, me parece haber vuelto de la muerte a la vida, tan profundo que a veces pienso que, si me contemplara desde fuera a mí misma durmiendo, quizá no vería más que un blanquísimo esqueleto' (p.46). Sus sueños sumergen a Terako en las tinieblas más profundas, allí donde quizá habite Shiori, que no quiso morir en una cama blanda por miedo a ir a un cielo demasiado confortable. Si Shiori le descubre que el dormir junto a alguien te hace compartir sus pesadillas, la compañía de su amor le permite ver el 'fin de la noche' (p.17), donde pende el hilo de separación de las dos realidades en las que se halla el ser humano.
En 'Los viajeros de la noche', Shibami recuerda a su difunto a través de dos mujeres que lo amaron. Hasta que una de ellas regresa de América con un niño que tiene los ojos de su hermano.
La tercera historia es la más extraña. Sumida en la bebida, Fumi-Chan oye de noche una melodía que le abrirá el camino hacia Haru una mujer con quien compartió el amor de un hombre y que había muerto alcoholizada en Francia. La noche ofrece a los personajes de las historias experiencias impactantes a través de los sueños.
Yoshimoto juega con acierto con el tema de la noche como momento en el que el ser humano entra en contacto con el subconsciente. Los muertos se presentan a través de los sueños con una sorprendente nitidez y ayudan a los personajes en su vida cotidiana hasta que ésta adquiera el rumbo verdadero. Shibani reconoce que 'la existencia de mi hermano emerge con una punzada de nostalgia. Estuviera cerca o estuviera lejos, cuando aún vivía, ocurría lo mismo. En el momento más impensable, emergía su figura provocándote una sacudida en el pecho. Haciendo que te doliera el corazón 'p.111).
Envueltos en el silencio más profundo de la noche, así nos enseñan a escuchar y descubrir nuestro auténtico yo.
Banana Yoshimoto. Traducción de Lourdes Porta. Tusquets, 2006. 176 PP, 15?.
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Fuente: El Cultural
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'Sueño profundo', 'Los viajeros de la noche' y 'Una experiencia' son tres bellísimos relatos en los que sus personajes, jóvenes todos ellos, víven experiencias dolorosas. Su sensibilidad especial les permite entrar en comunicación con un cercano más allá. Terako, la protagonista de la primera historia, intenta comprender el suidicio de su amiga Shiori mientras vive una experiencia amorosa con un hombre casado. Sin horarios ni más compromisos en su vida cotidiana que las llamadas de teléfono de su amor, Terako descansa durante el día y recorre las calles como una autómata de noche y advierte cuando duerme que 'mi sueño es tan profundo que, en el instante de abrir los ojos, me parece haber vuelto de la muerte a la vida, tan profundo que a veces pienso que, si me contemplara desde fuera a mí misma durmiendo, quizá no vería más que un blanquísimo esqueleto' (p.46). Sus sueños sumergen a Terako en las tinieblas más profundas, allí donde quizá habite Shiori, que no quiso morir en una cama blanda por miedo a ir a un cielo demasiado confortable. Si Shiori le descubre que el dormir junto a alguien te hace compartir sus pesadillas, la compañía de su amor le permite ver el 'fin de la noche' (p.17), donde pende el hilo de separación de las dos realidades en las que se halla el ser humano.
En 'Los viajeros de la noche', Shibami recuerda a su difunto a través de dos mujeres que lo amaron. Hasta que una de ellas regresa de América con un niño que tiene los ojos de su hermano.
La tercera historia es la más extraña. Sumida en la bebida, Fumi-Chan oye de noche una melodía que le abrirá el camino hacia Haru una mujer con quien compartió el amor de un hombre y que había muerto alcoholizada en Francia. La noche ofrece a los personajes de las historias experiencias impactantes a través de los sueños.
Yoshimoto juega con acierto con el tema de la noche como momento en el que el ser humano entra en contacto con el subconsciente. Los muertos se presentan a través de los sueños con una sorprendente nitidez y ayudan a los personajes en su vida cotidiana hasta que ésta adquiera el rumbo verdadero. Shibani reconoce que 'la existencia de mi hermano emerge con una punzada de nostalgia. Estuviera cerca o estuviera lejos, cuando aún vivía, ocurría lo mismo. En el momento más impensable, emergía su figura provocándote una sacudida en el pecho. Haciendo que te doliera el corazón 'p.111).
Envueltos en el silencio más profundo de la noche, así nos enseñan a escuchar y descubrir nuestro auténtico yo.
Banana Yoshimoto. Traducción de Lourdes Porta. Tusquets, 2006. 176 PP, 15?.
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Fuente: El Cultural