30-12-2005
La industris japonesa cumple 25 años de expansión exterior
En dos décadas y media, y espoleados por Estados Unidos, los constructores nipones han instalado 160 fábricas en el extranjero.
Hace 26 años, en la estela de la revolución iraní del ayatolá Jomeini y de la subsiguiente crisis petrolífera, los constructores japoneses de automóviles comenzaron a implantar fábricas en terceros países para atender la creciente demanda de vehículos asequibles y de bajos consumos.
La Administración del presidente Jimmy Carter, preocupada porel impacto que aquello pudiera tener en el sector estadounidense del automóvil, animó a los resopnasbles de las marcas japonesas a montar sus automóviles en el territorio norteamericano y a consumir piezas y componentes producidos en Estados Unidos.
Esto permitió disipar en parte las tensiones surgidas por el brusco incremento de las ventas de coches japoneses y el hundimiento de la demanda de vehículos estadounidenses, también conocidos como gazzguzzlers o tragadores de gasolina, dado su gran apetito por los combustibles de alto octanaje.
Ahora, transcurridos ya 25 años del llamamiento de Carter, los principales grupos automóvilisticos nipones -encabezados por Toyota- disponen de más de 160 fábricas en todo el mundo y proyectan abrir nuevas plantas de ensamblaje para suministrar vehículos a mercados como el estadounidense, el chino y el europeo, donde los vehículos japoneses gozan de una excelente aceptación.
La mejor muestra de esta expansión es el mercado norteamericano, donde en estas dos décadas y media la cuota de mercado de los fabricantes asiáticos ha pasado del 12% a más del 39% alcanzado el pasado mes de noviembre. Peor aún, los analistas del sector anuncán que esta cifra crecerá otro 10% de aquí a 2010.
Toyota, que probablemente se convertirá este año en el primer fabricante mundial de vehículos, encabeza esta expansión. Honda, a pesar de que sus ventas no han experimentado espectaculares crecimientos en este año, amenaza con situarse a la misma altura que el Grupo Chrysler gracias a los 3,35 millones de vehículos producidos en 2005.
Aún más sangrante, mientras General Motors y Ford Motor no dejan de cerrar fábricas y suprimir empleos en Estados Unidos y Canadá, los constructores japoneses se disponen a agregar nuevas fábricas a las 23 plantas que ya tienen en territorio norteamericano.
En el colmo del despropósito, Toyota estudia abrir una línea de montaje de vehículos en Michigan, que en su día llegó a ser sinónimo de automóvil y que hoy en día ha sido casi totalemnte abandonada por los Tres Grandes (GM, Ford y el Grupo Chrysler).
Un signo revelador del nuevo espíritu que hoy anima a las hasta hace poco pacatas marcas japonesas es su decidido asalto a segmentos tan genuinamente americanos como el de los pick-up, en el que compiten con éxito desde hace aproximadamente un año. Un movimiento mpensable hace tan sólo una década.
También en Europa se deja sentir el peso de los fabricantes japoneses, que tienen plantas en España, Reino Unidos, Francia, Italia, Portugal, Holanda, República Checa y Polonia.
Además, el grupo Toyota ya ha rebasado la barrera psicológica del 5% que, según los constructores de automóviles, franquea la entrada en el club de los elegidos.
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Fuente: El Mundo
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Hace 26 años, en la estela de la revolución iraní del ayatolá Jomeini y de la subsiguiente crisis petrolífera, los constructores japoneses de automóviles comenzaron a implantar fábricas en terceros países para atender la creciente demanda de vehículos asequibles y de bajos consumos.
La Administración del presidente Jimmy Carter, preocupada porel impacto que aquello pudiera tener en el sector estadounidense del automóvil, animó a los resopnasbles de las marcas japonesas a montar sus automóviles en el territorio norteamericano y a consumir piezas y componentes producidos en Estados Unidos.
Esto permitió disipar en parte las tensiones surgidas por el brusco incremento de las ventas de coches japoneses y el hundimiento de la demanda de vehículos estadounidenses, también conocidos como gazzguzzlers o tragadores de gasolina, dado su gran apetito por los combustibles de alto octanaje.
Ahora, transcurridos ya 25 años del llamamiento de Carter, los principales grupos automóvilisticos nipones -encabezados por Toyota- disponen de más de 160 fábricas en todo el mundo y proyectan abrir nuevas plantas de ensamblaje para suministrar vehículos a mercados como el estadounidense, el chino y el europeo, donde los vehículos japoneses gozan de una excelente aceptación.
La mejor muestra de esta expansión es el mercado norteamericano, donde en estas dos décadas y media la cuota de mercado de los fabricantes asiáticos ha pasado del 12% a más del 39% alcanzado el pasado mes de noviembre. Peor aún, los analistas del sector anuncán que esta cifra crecerá otro 10% de aquí a 2010.
Toyota, que probablemente se convertirá este año en el primer fabricante mundial de vehículos, encabeza esta expansión. Honda, a pesar de que sus ventas no han experimentado espectaculares crecimientos en este año, amenaza con situarse a la misma altura que el Grupo Chrysler gracias a los 3,35 millones de vehículos producidos en 2005.
Aún más sangrante, mientras General Motors y Ford Motor no dejan de cerrar fábricas y suprimir empleos en Estados Unidos y Canadá, los constructores japoneses se disponen a agregar nuevas fábricas a las 23 plantas que ya tienen en territorio norteamericano.
En el colmo del despropósito, Toyota estudia abrir una línea de montaje de vehículos en Michigan, que en su día llegó a ser sinónimo de automóvil y que hoy en día ha sido casi totalemnte abandonada por los Tres Grandes (GM, Ford y el Grupo Chrysler).
Un signo revelador del nuevo espíritu que hoy anima a las hasta hace poco pacatas marcas japonesas es su decidido asalto a segmentos tan genuinamente americanos como el de los pick-up, en el que compiten con éxito desde hace aproximadamente un año. Un movimiento mpensable hace tan sólo una década.
También en Europa se deja sentir el peso de los fabricantes japoneses, que tienen plantas en España, Reino Unidos, Francia, Italia, Portugal, Holanda, República Checa y Polonia.
Además, el grupo Toyota ya ha rebasado la barrera psicológica del 5% que, según los constructores de automóviles, franquea la entrada en el club de los elegidos.
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Fuente: El Mundo
