27-11-2003
Un milagro llamado soja (Carmen Posadas y Sofia Ruiz del Cueto)
Primero fueron las películas ninja, luego los videojuegos.
Atención, una nueva fiebre asiática nos invade. No es la famosa gripe, sino la soja. Se nos ha echado encima la cultura filo sójica.
Llamo filosójicos a los que no se alimentan de otra cosa que brotes, leche y salchichas de soja. Mi hermano, sin ir más lejos, es uno de sus seguidores más fervientes. En su casa hasta el gato se alimenta de tofu y, la verdad , no crean que tiene buena cara. No sé qué pensarán ustedes, a mi no me convence. Preocupada por mi hermano y su gato decidí documentarme. No se imaginan el susto cuando leo que, lejos de ser la panacea, puede ser incluso perjudicial, sobre todo en niños. Tiene sustancias (filatos) que impiden la absorción de minerales, otras que alteran la digestión de proteínas. Las hay que apiñan los glóblos rojos dificultando el transporte de oxigeno, o que debilitan la función tiroidea, alteran el desarrollo del feto y el niño, y hasta pueden acelerar el envejecimiento cerebral. para más inri, ni siquiera aportan los beneficios que se le atribuyen. No es seguro que reduzca el cáncer de mama, ni mejore la osteoporosis. Los famosos fitoestrogenos no tratan la menopausia, como mucho reducen los sofocos. ¿Cómo se explica entonces este 'Boom' del soja? Parece que fue la industria productora la que divulgó artículos sin base científica rigurosa. En ellos se comentaba que las mujeres japonesas tienen menos cáncer de mama, menos osteoporosis y mejor colesterol que las occidentales, cosa que atribuían a la soja que consumen diariamente. El detalle que se les olvidó señalar es que las coreanas, que consumen tanta soja o más que las japonesas, padecen las mismas tasas de estas enfermedades que el resto del mundo. Da en pensar, ¿no creen?.
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Fuente: La Razón
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Atención, una nueva fiebre asiática nos invade. No es la famosa gripe, sino la soja. Se nos ha echado encima la cultura filo sójica.
Llamo filosójicos a los que no se alimentan de otra cosa que brotes, leche y salchichas de soja. Mi hermano, sin ir más lejos, es uno de sus seguidores más fervientes. En su casa hasta el gato se alimenta de tofu y, la verdad , no crean que tiene buena cara. No sé qué pensarán ustedes, a mi no me convence. Preocupada por mi hermano y su gato decidí documentarme. No se imaginan el susto cuando leo que, lejos de ser la panacea, puede ser incluso perjudicial, sobre todo en niños. Tiene sustancias (filatos) que impiden la absorción de minerales, otras que alteran la digestión de proteínas. Las hay que apiñan los glóblos rojos dificultando el transporte de oxigeno, o que debilitan la función tiroidea, alteran el desarrollo del feto y el niño, y hasta pueden acelerar el envejecimiento cerebral. para más inri, ni siquiera aportan los beneficios que se le atribuyen. No es seguro que reduzca el cáncer de mama, ni mejore la osteoporosis. Los famosos fitoestrogenos no tratan la menopausia, como mucho reducen los sofocos. ¿Cómo se explica entonces este 'Boom' del soja? Parece que fue la industria productora la que divulgó artículos sin base científica rigurosa. En ellos se comentaba que las mujeres japonesas tienen menos cáncer de mama, menos osteoporosis y mejor colesterol que las occidentales, cosa que atribuían a la soja que consumen diariamente. El detalle que se les olvidó señalar es que las coreanas, que consumen tanta soja o más que las japonesas, padecen las mismas tasas de estas enfermedades que el resto del mundo. Da en pensar, ¿no creen?.
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Fuente: La Razón